jueves, 6 de diciembre de 2012

6 de Diciembre, antes Día de la Constitución Española, ahora Día de la Hipocresía Política Española.


6 de Diciembre, antes Día de la Constitución Española, ahora Día de la Hipocresía Política Española.



Esta fuerza política hace tiempo que no encontramos motivos para celebraciones, y menos de celebraciones compartidas con quienes desde su labor de gobierno, vapulean y pisotean a diario los principales aspectos sociales y democráticos de nuestra Constitución Española.

Hay 6 millones de personas a las que se les niega su derecho y deber constitucional al trabajo, otras cientos de miles a las que se les niega el derecho a una vivienda digna, o simplemente son desahuciadas de sus hogares por una Banca a las que los mismos desahuciados han contribuido a sanear con sus impuestos o con la pérdida de su empleo.

La igualdad de acceso a la Sanidad, a la Educación, a la protección social de colectivos sensibles, como los dependientes, está siendo arrasada por la lógica del mercado y la privatización.

La reforma constitucional del 2011, pactada por PSOE y PP, supuso la perversión del orden constitucional, sacrificando la cohesión social y territorial, a un despreciable deber de pagar primero a la Banca y una deuda que desde IU calificamos en gran parte ilegítima, pues buena parte de ella es fruto de la corrupción y la especulación financiera contra nuestra deuda soberana, un ataque especulativo amparado y justificado desde los Gobiernos.

La práctica totalidad de las llamadas "reformas" impuestas por el Gobierno de Rajoy, plantean serias dudas de constitucionalidad, desde la reforma laboral, la educativa, la reforma sanitaria, las nuevas tasas judiciales, o la imposición del euro por receta en Cataluña y Madrid, TODAS GENERAN CONFLICTOS CON LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA, LA VULNERAN Y LA CONVIERTEN EN PAPEL MOJADO.

No hablaremos de aquellas partes del texto constitucional, que hacen referencia al papel del sector público empresarial para garantizar la cohesión social, la progresividad fiscal, la participación de los trabajadores en la empresa o la posibilidad de que accedan a la propiedad de los medios de producción, el pleno empleo, etc…

El hecho de que la Izquierda renunciara en 1.977-1.978 a algunos objetivos democráticos, como la República o el modelo federal,  fue por el contenido social de la Constitución, un contenido y objetivo desconocido y desfigurado desde hace décadas, y que ahora ha sido sacrificado tras la última reforma constitucional.

El 70% de las personas que hoy tienen derecho a voto en España no pudimos votar la Constitución del 78, ni por supuesto participar en su elaboración. Nosotras y nosotros reivindicamos, ahora más que nunca, el desarrollo de un nuevo proceso constituyente para salir de la crisis evitando volver a sufrir una estafa masiva y criminal como la que padecemos ahora. Esta necesidad comienza a ser un clamor popular, y ante la negativa de los poderes públicos a proporcionarnos nuevas herramientas, debe ser la soberanía popular la que resuelva democráticamente la forma y el modelo de Estado que queremos, con un texto constitucional por y para los movimientos sociales y las personas, que recoja el reconocimiento efectivo y exigible de los derechos sociales, civiles, políticos y económicos de la población.


Como decíamos, IU no quiere participar de un acto de hipocresía institucional, acompañando a quienes desde su acción diaria de Gobierno, traicionan, vulneran o mutilan la Constitución a la que prometieron o juraron cumplir y hacer cumplir. No vamos a contribuir a esta hoguera de las vanidades.


              SALUD Y REPUBLICA

No hay comentarios:

Publicar un comentario