6 de Diciembre, antes Día de la
Constitución Española, ahora Día de la Hipocresía Política Española.
Esta fuerza política hace tiempo que no encontramos
motivos para celebraciones, y menos de celebraciones compartidas con quienes
desde su labor de gobierno, vapulean y pisotean a diario los principales
aspectos sociales y democráticos de nuestra Constitución Española.
Hay 6 millones de personas a las que se les niega su
derecho y deber constitucional al trabajo, otras cientos de miles a las que se
les niega el derecho a una vivienda digna, o simplemente son desahuciadas de
sus hogares por una Banca a las que los mismos desahuciados han contribuido a
sanear con sus impuestos o con la pérdida de su empleo.
La igualdad de acceso a la Sanidad, a la Educación, a
la protección social de colectivos sensibles, como los dependientes, está
siendo arrasada por la lógica del mercado y la privatización.
La reforma constitucional del 2011, pactada por PSOE y
PP, supuso la perversión del orden constitucional, sacrificando la cohesión social
y territorial, a un despreciable deber de pagar primero a la Banca y una deuda
que desde IU calificamos en gran parte ilegítima, pues buena parte de ella es
fruto de la corrupción y la especulación financiera contra nuestra deuda
soberana, un ataque especulativo amparado y justificado desde los Gobiernos.
La práctica totalidad de las llamadas
"reformas" impuestas por el Gobierno de Rajoy, plantean serias dudas
de constitucionalidad, desde la reforma laboral, la educativa, la reforma
sanitaria, las nuevas tasas judiciales, o la imposición del euro por receta en
Cataluña y Madrid, TODAS GENERAN CONFLICTOS CON LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA, LA
VULNERAN Y LA CONVIERTEN EN PAPEL MOJADO.
No hablaremos de aquellas partes del texto constitucional,
que hacen referencia al papel del sector público empresarial para garantizar la
cohesión social, la progresividad fiscal, la participación de los trabajadores
en la empresa o la posibilidad de que accedan a la propiedad de los medios de
producción, el pleno empleo, etc…
El hecho de que la Izquierda renunciara en 1.977-1.978
a algunos objetivos democráticos, como la República o el modelo
federal, fue por el contenido social de la Constitución, un
contenido y objetivo desconocido y desfigurado desde hace décadas, y que ahora
ha sido sacrificado tras la última reforma constitucional.
El 70% de las personas que hoy tienen
derecho a voto en España no pudimos votar la Constitución del 78, ni por
supuesto participar en su elaboración. Nosotras y nosotros reivindicamos, ahora
más que nunca, el desarrollo de un nuevo proceso constituyente para salir de la
crisis evitando volver a sufrir una estafa masiva y criminal como la que
padecemos ahora. Esta necesidad comienza a ser un clamor popular, y ante la
negativa de los poderes públicos a proporcionarnos nuevas herramientas, debe
ser la soberanía popular la que resuelva democráticamente la forma y el modelo
de Estado que queremos, con un texto constitucional por y para los movimientos
sociales y las personas, que recoja el reconocimiento efectivo y exigible de
los derechos sociales, civiles, políticos y económicos de la población.
Como decíamos, IU no quiere participar de un acto de
hipocresía institucional, acompañando a quienes desde su acción diaria de Gobierno,
traicionan, vulneran o mutilan la Constitución a la que prometieron o juraron
cumplir y hacer cumplir. No vamos a contribuir a esta hoguera de las vanidades.
SALUD Y REPUBLICA
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